Los ladrones están afuera…

Jonatan Delfor José Ita, de 23 años, oriundo de Chabás sigue prófugo luego de evadirse el pasado 11 de diciembre de la nueva cárcel de Casilda. Foto: diariofirmat.com.ar
Jonathan Delfor José Ita, de 23 años continúa prófugo luego de fugarse de la nueva cárcel de Casilda el pasado viernes 11 de diciembre a las 00:45 aproximadamente, junto a otros dos delincuentes. De los tres evadidos dos fueron recapturados, uno de ellos luego de cometer varios robos en barrio Yapeyú fue detenido en inmediaciones de Ruta 33 y Casado de Casilda, mientras que el segundo recapturado fue aprendido dentro del patio de jefatura ya que según trascendió estaría bajo los efectos de drogas y a pesar de haber logrado la «libertad» junto a sus compañeros, no logró alcanzar la calle por la falta de lucidez para concretar el escape.
La Policía continúa la búsqueda de Ita, quien estaba detenido desde el pasado 18 de noviembre por una condena impuesta por la Jueza Mariel Minetti del Ministerio Público de la Acusación Casilda por un hecho de robo con arma de fuego cometido en Chabás en el año 2014. La pena impuesta por la Magistrada se unificó con una condena anterior de la Provincia de Córdoba por robo agravado y se le habían establecido 5 años y 8 meses de prisión efectiva.
El escape
El guardicárcel dejó la escotilla por donde le ingresan la comida a los pabellones (ubicada en el centro de la puerta de acceso) sin la traba correspondiente y es por ese pequeño agujero por donde habrían fugado dos de los tres delincuentes evadidos, ya que el tercero intentó pasar pero el tamaño de su cabeza hizo que se atascara y no lograse pasar. Sin embargo mientras lo intentaba y forcejeaba se le abrió la puerta completa por lo que salió caminando por el acceso al pabellón, aunque como explicáramos en párrafo anterior su estado era tal que no le permitió advertir como continuar su fuga y permaneció caminando por el patio de la Jefatura hasta ser advertido y recapturado por el personal policial.

En rojo la escotilla pasa comida que habría dejado abierta el guardia y por donde salieron dos de los tres presos evadidos.
Si bien se atribuye la fuga a un descuido, intencional o no, lo concreto más allá del descuido humano es el pobre «diseño» en materia de seguridad con el que cuenta la flamante obra de más de 8 millones de pesos. El pasador que «cierra» la puerta principal de acceso a los pabellones tiene un candado que si logran girar el ojal de este es suficiente para desplazar unos milímetros el perno y que se abra la reja. En cuanto a las puertas dobles, un fallo en la planificación hizo que el espacio de sanitarios quedase entre ambas puertas, por lo tanto no existe doble seguridad ya que la puerta ubicada hacia el interior debe quedar siempre abierta para que los presos puedan tener acceso al baño.
Y la tercer y más marcada falencia en materia constructiva de un penal de las características del de Casilda es la falta de seguridad perimetral, es decir, si tenemos en cuenta que los pabellones se sitúan en un centro de manzana en pleno radio urbano de la ciudad, donde tiene como vecinos linderos casas de familia, comercios, patios de propiedades contiguas etc, se debía haber provisto a la estructura de un muro en altura, con extremos rodeados de púas, alambres, etc… aunque con nada de eso cuenta la nueva alcaidía Casilda, el muro que separa la cárcel de los vecinos es tan bajo que los presos pusieron un balde plástico para trepar y fugarse por los techos linderos.
Vergonzoso. En educación no invierten ni la mitad de lo que invirtieron en cárceles, si es que lo invirtieron… viendo el panorama a un mes de la inauguración surgen grandes interrogantes sobre sobrevaluación de presupuestos, montos de proyectos «dibujados», desvío de fondos y posible complicidad de altos funcionarios políticos del Gobierno Provincial para concretar la maniobra fraudulenta hacia el estado.
¿Dónde están los ladrones?
Tengamos en cuenta que la reforma que se hizo en la alcaidía de Casilda fue una de las menores obras planteadas por el Gobierno de Bonfatti a lo largo y ancho de toda la provincia. Hubo lugares donde los montos manejados fueron diez veces mayores, y la calidad y diseño de las obras concretadas no guardarían relación al dinero «invertido».
Por tal, más allá del evadido que posee una condena por robos con arma de fuego, surgió la inquietud sobre ¿dónde están los «ladrones»? ¿Adentro del nuevo penal o detrás de los escritorios en las altas esferas políticas «dibujando» cárceles millonarias para hacernos creer al pueblo que hay gente tras las rejas?… Aunque según de que lado se mire la reja es a quienes veamos detrás de ellas…