Gran fiesta de campeones del volante
El Museo del Automóvil Casilda organiza una cena a beneficio de la Escuela de Educación Especial 2044 y del Hogarcito San Cayetano de Casilda, el jueves 3 de septiembre a las 21:00 hs en Club Aprendices.
El evento fue declaro de interés municipal y contará con la presencia de reconocidas figuras del automovilismo histórico del Turismo Carretera Argentino como Carlos Legnani, Jhonathan Castellano, Tati Angelini, Juan Truco, Tato Bosio, Roberto Del Bo, Heraldo Ghiglli, Fermin Maseratesi, Pedro Suarez, Franco y Pamperito de Benedictis e Ivan Saturni, entre otros.
Habrá sorteos, regalos y sorpresas. colabore con estas instituciones y acompañe a los pilotos. Valor de la tarjeta $ 250.-
Reservas a los teléfonos: (03464) 15697148 // 15681573 // 15511637
Anécdotas de Antaño.
Risatti en el Gran Premio de 1938
Borocotó, el viejo y verdadero, sabía arrancarles lágrimas a los lectores cuando contaba la historia de Ricardo Risatti, el hombre de Laboulaye, Córdoba, que corría para juntar dinero y llevar a su mujer enferma a la Virgen de Lourdes en la lejana Francia. Por eso Risatti arriesgaba más. Por eso ganó el Gran Premio Turismo de Carretera de 1938 y de paso se consagró campeón nacional ese mismo año. El asunto es que en aquél Gran Premio venía fuerte, peleando por la punta de la carrera. Fue en el viejo camino entre Santiago del Estero y Río Hondo que bordeaba el río Dulce, cuando aún no existía la actual y aburrida recta de asfalto de 70 kilómetros entre Santiago y Termas. El camino natural no tenía curvas, pero sí estaba cuajado de badenes y lomos de burro.
Uno de estos parece haber sido un viejo conocido de los parroquianos. Y alguien, con una camarita que no pudo haber sido mucho más que una Kodak Brownie, se ubicó junto a una de estas lomadas y gatilló en el instante justo. Captó el Ford V8 de Risatti en el aire, volando, con varios espectadores como fondo.
Por lo que puede juzgarse, sabiendo de qué objetivo óptico debió haberse tratado, el coche no se habrá levantado mucho más que un metro del piso para hacer un salto de algunos pasos. Pero la instantánea tomada desde la zanja fue tan oportuna que la escena en sí resultó dramática.
Fue el 23 de febrero de 1938, en una de aquellas etapas incalculables que para el ganador duraban entre diez y doce horas. Y donde, dicho sea de paso, corría Luis Finochietti con Ford V8, de Balcarce, con un tal Juan Manuel Fangio de acompañante.