PELIGRO inminente para los casildenses

En un predio provincial dentro del radio urbano de Casilda, una empresa privada emplaza una torre con antenas que emitirán radiaciones nocivas para la salud, sin respetar las ordenanzas locales vigentes.
Como siempre al revés de todo, y contra las buenas prácticas de salud que se siguen a nivel mundial, Casilda vuelve a ser la excepción. Una empresa de telefonía levanta dentro de la ciudad una gran torre encubierta bajo el amparo de la Secretaria de Telecomunicaciones de la Provincia de Santa Fe. Lejos de respetar las ordenanzas locales vigentes que prohíben su instalación en inmediaciones del radio urbano, la empresa buscó como aliado, quizá “colaboración” de por medio ante algún funcionario de la Provincia de Santa Fe, argumentar que dicha torre vendría a mejorar los servicios de comunicación del 911 y 107.
De acuerdo a las explicaciones técnicas, esta nueva antena va a tener conexión directa con la ya instalada y cuestionada antena que se emplaza en el predio de la Facultad de Ciencias Veterinarias, sobre Ruta 33 y San Lorenzo, de Casilda. Indicó uno de los responsables del predio.
Jugando con la sensibilidad de la gente, usaron de excusa las fallas en las comunicaciones del 911 y 107 para instalar lo que los vecinos suelen llamar “fábrica de cáncer”, en referencia a las ondas irradiadas por los enlaces que llevará dicha estructura para hacer frente a los millones de Gigabits que necesitan transferir para dar servicio a sus clientes. Además de dar cobertura a sus clientes, según pudimos conversar con un allegado al área técnica, desde allí saldrán conexiones vía aire a otros pueblos, con la potencial peligrosidad que eso implica en cuanto a las ondas irradiadas sobre la cabeza de cada uno de los casildenses, la señales atravesarán toda la ciudad en alta potencia para poder llegar a conectar con otros pueblos del sur santafesino.
En Casilda una ordenanza reglamenta la instalación de dichas estructuras, y prohíbe expresamente a aquellas compañías de servicios de telefonía instalarse en inmediaciones del radio urbano, habiendo incluso antecedentes con otras prestadoras de telefonía que tuvieron que trasladar sus antenas a más de 500 metros de la última calle límite de la ciudad. Desde la Municipalidad manifestaron que arbitraran las medidas correspondientes para hacer respetar las ordenanzas vigentes.
Parece ser que a los Casildenses y a los mandatarios de dicho pueblo, les importa muy poco las adversidades que esto va a producir y afectar a la salud de las personas que viven bajo la intensidad de esa radiación.